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¿Cómo se adquiere una habilidad?

Una visión diferente al entrenamiento.
Parte dos de la serie

Cuando aprendes una nueva habilidad, sin importar si se trata de jugar ajedrez, de conducir o de técnicas avanzadas de combate en territorios hostiles, estás cambiando como el cerebro se conecta a nivel muy profundo. Cuando practicas algo por primera vez, el cerebro comienza a generar impulsos eléctricos que van de neurona a neurona hasta que llegan a donde tienen que ir, para crear el movimiento o series de movimientos necesarios para esa actividad.

Este proceso es muy lento (ver ¿Por qué el entrenamiento debe ser el mismo año con año?), sin embargo cuando una actividad se practica constantemente el cerebro crea un material llamado “Mielina” que aísla las conexiones entre las neuronas y agiliza en cientos de miles de veces la transmisión eléctrica requerida para los procesos que realizamos todos los días.

Por lo tanto, cuando practicas una destreza, se disparan en tu cerebro una serie de impulsos eléctricos, y conforme más lo practiques, el cerebro creará más “mielina” a lo largo de la ruta para incrementar la velocidad e intensidad de la señal. Sería como cambiar de un tren de vapor a un tren bala.

“Una habilidad es un aislador celular que envuelve circuitos neurales, y que crece en respuesta a ciertas señales. Entre más tiempo y energía le dediques a la práctica ‘correcta’ –mientras más veces practiques adecuadamente, disparando las señales adecuadas a través de tus circuitos –mayor será la habilidad que adquieras, puesto en términos científicos, entre más practiques, mayor será la cantidad de ‘mielina’ que ganarás.

“Cientos de miles de personas tomaron lecciones de música cuando eran jóvenes, y de adultos recuerdan muy poco o nada de esa habilidad”

Sin embargo muchos profesionales están de acuerdo que simplemente practicar no es suficiente, la práctica tiene que ser realizada intencionalmente y con la técnica adecuada, de lo contrario el cerebro creará una ruta para una habilidad errónea, esta es la diferencia entre la mediocridad y la superioridad. Si no estás practicando adecuadamente, sea para protección ejecutivos o para tocar la guitarra, los científicos concuerdan que estarías mejor no practicando en absoluto.

Lo importante no solo es practicar, sino practicar intencionalmente y la evaluación constante es imprescindible para poder conocer cuáles son tus debilidades y enfocar el entrenamiento en corregir esas debilidades para crear pericia.

Aplicado a la seguridad

  1. Habilidad que no se practica se pierde. El cerebro se transforma todos los días, dándole prioridad a las “rutas” para las actividades que requerimos en el día a día. Cualquier cosa que no se practica constantemente ocasionará que el cerebro la deseche en favor de capacidades más necesarias.

  2. La práctica tiene que ser “adecuada”. Si la práctica no es exactamente igual a la realidad, estás trabajando arduamente para crear la conexión equivocada en tu cerebro, esto agilizará la aplicación de habilidades erróneas.

    Tienes que verlo como un tenista, cuando entrena, todas sus prácticas son en un entorno exactamente igual a donde tendrá que utilizar sus habilidades, así Pete Sampras podrá practicar, con ayuda de su coach y cámaras phantom, su “Saque AS” hasta que este sea impecable y rara vez falle; un conductor de seguridad no tendrá la misma concesión, este tendrá que practicar en un ambiente simulado y esperar que las habilidades coincidan con lo que pasará en la vida real. Por ende, no sirve de nada entrenar si no puedes certificar que las habilidades aplicarán a la vida real, y a la mayoría de los escenarios que enfrentará, de otra manera estarías creando capacidades ineficientes, e invirtiendo dinero que estaría mejor gastado en otras cosas.

  3. La habilidad se debe de construir sobre sí misma. Cuando entrenas para crear alguna habilidad, y tu cerebro construye las rutas con ‘mielina’, y tendrá un periodo en que la habilidad esté fresca y lista para usarse, conforme pasa el tiempo esta irá pasado a segundo término, pero permanecerá ahí (Ver ¿Porque el entrenamiento es el mismo año con año?). Por lo tanto en la siguiente práctica es importante empezar por reforzar esta habilidad y construir sobre ella.

Hay habilidades básicas y especializadas, las segundas van paralelas a las primeras, pero se basan en la pericia de las básicas para poder existir. Si empiezas a trabajar en una habilidad paralela, sin reforzar la habilidad básica tu cerebro creará rutas alternas de impulsos, los cuales no tendrán sentido cuando los trates de aplicar. A todo esto se le llama memoria biomecánica.

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